miércoles, 2 de marzo de 2016

80 días de huelga del bus

Está Zaragoza que da gusto. Levamos seis años sin ver nevar aquí, aunque sea por unas horas, aunque el tiempo sigue con sus rachas esporádicas de viento huracanado, sus cambios bruscos de temperatura y de luz, que si ahora nubarrones, que si ahora sol radiante y como tengas que andar de cara no ves ni los semáforos. Añádase la tradicional prisa y mala leche con la que van los viandantes en general a según qué horas. Con esta sociología local, lo más mejor que podía pasar (es ironía, of course) era una huelga de autobuses que dura ya 80 días.

Los conductores insisten en que les han engañado, que iban a volver a aplicar convenios previos a la crisis (subidas salariales del 5 por ciento o más) y la empresa que eso no puede ser. Los conductores piden al ayuntamiento que municipalice la empresa, es decir, que los convierta en funcionarios. 

Como el ayuntamiento es de una tendencia que parece más próxima a apoyar las reivindicaciones de los trabajadores… dejando a un lado gominas y viajes de representación y esas cosas que tanta controversia están generando, claro.  Y el ayuntamiento va de que está con ellos, hasta el punto de permitirles seguir indefinidamente con unos servicios mínimos del 33% (para espanto del resto de grupos del Pleno, que han exigido que se suba al 50%). Ahora, de plantear la municipalización de Auzsa, pues oyes, que eso es un marrón y el ayuntamiento tiene una deuda considerable por aquello de la Expo y el tranvía. Comprensible, de todas formas, que no accedan.

El sábado 20 de febrero  hubo una manifestación en la plaza del Pilar reivindicando el fin de la huelga. Se pudo comprobar un clásico: que la gente protesta mucho pero hace muy poco. Acudieron cincuenta personas, casi todas de avanzada edad, las que están más mosqueadas con esta huelga, como es lógico.



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