Casi no hace falta explicar lo poco liberal que resulta esto de la CEOE, una organización subvencionada de empresarios; aunque luego van pidiendo abaratar el despido, bajar el salario mínimo, flexibilizar horarios, etcétera. Más contradictorio imposible. Pero ahora resulta que en la patronal también hay corrupción. Muy claro ha resultado el caso de Díaz Ferrán, ese desastroso ex dirigente de Viajes Marsans, al que han pillado con las manos en la masa. Ahora los dedos empiezan a señalar a Arturo Fernández (no confundir con el actor, aunque sean próximos por ideología). De momento no se ven pruebas contundentes, esperemos pues, aunque no cabe duda que la CEOE es un circo en si misma.
PD: El Papa dimite... doña Ana Mato, ¿para cuando?
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