Sumidos desde hace dos semanas (y parece que al menos por otra más) en una ola de calor infame, ha hecho que se batan records históricos de temperaturas (44 grados en Zaragoza capital, casi nada). Y en medio de este suplicio, resulta que en los últimos días hemos asistido al lamentable suceso del incendio de las Cinco Villas, unas 14000 hectáreas arrasadas, evacuados los vecinos de Biota, Farasdués y de otros núcleos de población (1.400 personas en total) y afortunadamente el fuego ya está controlado. Es la peor tragedia forestal en Aragón desde aquel infame verano de 1994, en el que se quemó prácticamente todo el bosque de Maestrazgo y Sierra de Gúdar. Recuerdo que entonces (yo tenía 7 años) hicimos una excursión a Teruel y Albarracín con mi abuela que había venido de jaca, y pasamos por allí, era realmente desolador. Pasamos minutos y minutos por la carretera viendo troncos carbonizados y un suelo lleno de cenizas. Entonces se decía que aquellos bosques tardarían unos 30 años en regenerarse, por suerte han sido unos cuantos menos.
Me pregunto como es que a estas alturas no podemos evitar que pasen estas cosas. ¿Son adecuadas las tareas de prevención que se hacen? los cortafuegos y todo eso, ¿porque las chispas de una cosechadora bastan para quemarlo todo en 5 o 6 kilómetros a la redonda, como si de una bomba atómica se tratara? por mucho calor que haya hecho, es que en pleno siglo XXI debería haber alguna forma de impedir un desastre de esta magnitud, digo yo.
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