viernes, 27 de noviembre de 2015

El primer Día de Acción de Gracias: el nacimiento de Norteamérica.

Una de las historias tradicionales o mitos fundacionales, según cada cual, de los Estados Unidos de América, es precisamente la que da origen a la fiesta conocida como "Día de Acción de Gracias". Esa fiesta tan popular allí pero que, a diferencia de Halloween, aún no se ha trasladado tal como es a España. Lo que si hemos importado es la tradición norteamericana del "día después", es decir, del "Black Friday". Algo muy reciente, que nos demuestra que los patronos del Ibex no son tontos. Ellos saben como camelar a esa "mayoría silenciosa" de españoles que vuelve a estar encantada de dejarse camelar, como lo estaba hasta 2007. ¿Que no aprendemos? pues me temo que no. Pero volvamos al Día de Acción de Gracias, que es la verdadera fiesta original en "todo esto".

Según la tradición yankee, todo empezó en noviembre de 1620. Coincidiendo con la fundación de la colonia británica de Massachussets, con capital en la ciudad de Plymouth (la ciudad principal del estado es Boston, pero una de las peculiaridades de EEUU es que las capitales de los Estados rara vez coinciden con la ciudad más grande, sino con la más relevante históricamente. Como si Toledo fuera capital de España).

Cuenta la historia que los colonos, lógicamente ignorantes de el lugar que visitaban más allá de las escasas referencias de las sagas de Lief Erikson, no supieron prever las consecuencias de el invierno en aquella zona tan próxima a Terranova (actual Canadá). Curiosamente, si lograron sobrevivir fue gracias a un gesto humanitario de los nativos de la zona. De indios paganos sin civilizar, pero con buenos sentimientos. Seguramente fue uno de los ejemplos favoritos de Rousseau.

Así, el cuarto jueves de noviembre de 1621, los colonos habrían convidado a los indios a un banquete para agradecerles la ayuda que les habrían prestado un año antes, el cual habría consistido en el famoso pavo asado. Desde entonces los colonos puritanos habrían celebrado el día e conmemoración de aquel auxilio vital prestado por los indios. Si bien, irónicamente, tardarían pocos años en olvidar su agradecimiento con los nativos y pasar a verlos como un estorbo en sus planes. Lo que obligaba a marginarlos, arrinconarlos y arrebatarles sus tierras por el bien de la nueva América. Todavía en el siglo XIX, algún general "civilizado" de EEUU pensaba que "los indios no tienen alma" por lo cual"al matarlos, hacemos un servicio a Dios". Esto mientras seguían celebrando la misma fiesta como si nada. El sujeto en cuestión falleció dolorosamente en la batalla de Little Horn (1876) después de que una flecha india impactara en sus genitales. Pueden atribuirlo a que el karma es infalible, a que los caminos del Señor son inescrutables, o a un simple acto de justicia poética. De todas formas, la historia suele estar llena de contradicciones de este tipo.

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