miércoles, 7 de noviembre de 2012

Ganó Obama, muy bien. Pues el Madrid solo empató

El Nobel de la paz, tan pacífico como Rambo, se impuso finalmente al neoliberal Mitt Romney. Parece que Sandy le echó una mano: una victoria cara. Para el pueblo, claro. Podemos recordar situaciones parecidas con Schroeder en 2002 o el mismo Zapatero en 2004 (ésta vez no era un hecho natural, y no estoy señalando a ZP como culpable). A otros, su mala gestión de las tragedias les arruinó su carrera, como a Bush con el Katrina, que disparó sus índices de impopularidad para ya no levantar cabeza; también podríamos recordar a Carter con la crisis de los rehenes o al mismo Acebes con Atocha. Aunque siempre hay excepciones: Al final Rajoy se sobrepuso al hecho de haber negado el desastre del Prestige. Ahora podrá seguir negando otros desastres, económicos en este caso.

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