"Tengo la tarjeta negra y te robo con disimulo" o algo así. Es lo que podría resumir el caso de las tarjetas Black de Bankia. 83 pajaritos, directivos de la entidad, la han usado para fines que extralimitaban lo permitido. Esos directivos nombrados por PP, PSOE, IU, UGT y CCOO. Blesa y Rato son los más conocidos, y han empleado sus tarjetas en actividades de ocio por transferencias de miles de euros. Blesa ha dicho que no le habían explicado que no debía hacer esos usos. El Fiscal, con toda razón, le ha replicado que "usted era el Presidente de Caja Madrid, a usted no tienen que pedirle explicaciones, es usted quien tiene que darlas". Otros dicen que han hecho un uso indebido "porque yo lo valgo". Así, con dos cojones.
Cierto que Pedro Sánchez no uso, que sepamos, ninguna tarjeta de esas. Pero que no se las de tanto de digno, pues el voto a favor de los desorbitados sueldos de sus entonces jefes y, lo que es peor, de las preferentes, que ha resultado ser una forma miserable de estafar a ancianos analfabetos. Ahora critica el "capitalismo de amiguetes", pero antes lo respaldó.
Cuanto más tengo más quiero y Tonto el que no robe, a este paso esos lemas figurarán en nuestro escudo en lugar del "Plus ultra".
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