lunes, 8 de julio de 2013

Las vergüenzas del reino belga.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=31632
http://www.unicef.org/mexico/spanish/mx_media_center_PR-Diamantes_de_Sangre_ACNUR_060207.pdf
http://www.alterinfo.net/Un-depute-belge-denonce-la-pedophilie-d-etat_a74966.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Marc_Dutroux

¿Hay algo peor que un estado podrido y corrupto? sin duda. Un estado podrido y corrupto que,además, presume de ser de lo más próspero, democrático y avanzado del mundo mundial.

Y no, no es un error: hablamos de Bélgica. ¿Cómo es posible? ¿hablamos del modesto e intachable reino que acoge las sedes del Parlamento y la Comisión de la Comunidad Europea? ¿el mismo estado que hace 20 años se ofreció para la cobertura universal de la Justicia, así tal cual, teniendo una superficie y población similares a Cataluña?

Pues sí. A esa misma Bélgica me refiero. A ese reino creado artificialmente en 1830, inventado una nación de la que nunca antes se había hablado, pues nunca pasó de ser una mera provincia de la Galia, al estilo de la Bética o Tarraconense hispanas. Un estado plenamente responsable, a nivel institucional, del incesante genocidio cometido contra el pueblo congoleño, hasta su independencia en 1960. El rey Leopoldo II, considerado sin discusión un genocida a la altura de Hitler y Pol Pot, todavía tiene en Bruselas con su nombre un monumento, una avenida y un parque a los pies del mismo Parlamento Europeo. ¿Alguien dijo memoria histórica? pero no crean que la injusticia acaba allí. ¿Alguien ha visitado el almacen de diamantes de Amberes? qué bonitos. Lástima que sean diamantes de sangre, sangre de niños soldados del África a la que siguen maltratando medio siglo después de la descolonización.

Y bueno, se preguntarán si he terminado ya. Claro que no. La Bélgica de los últimos años ha sido un paraíso para los pedófilos. No sólo se ha maltratado a los niños africanos, es que encima las instituciones belgas son incapaces de proteger a sus propios niños. Blancos, rubios y cristianos. El clero belga es, junto al irlandés, el que más causas abiertas acumula, en relación a su tamaño, por asuntos de pederastia. Pero esto no acaba en el clero católico. Recordemos los Pink Ballets, fiestas privadas de los 70 y 80 de nobles belgas, de los de sangre azul, estando siempre por medio ese trepa y sinvergüenza profesional llamado Michel Nihoul. Fiestas en las que no era extraño encontrar prostitución de menores. Fiestas a las que acudió alguna vez el recién adbicado Alberto II. y No olvidemos lo más sangrante: Nihoul acabó convertido en complice de Marc Dutroux. El más terrible criminal de Bélgica de los últimos 50 años, secuestrador y violador sin escrúpulos. No olvidemos las insólitas dificultades sobrevenidas para los jueces belgas que llevaron aquel caso: capos mafiosos esperando a la salida de los juzgados, para intimidar y amenazar a los magistrados, provocando una cadena de renuncias por la presión e incluso algún suicidio entre sus señorias. ¿Que autoridad tiene, realmente, la democracia belga? por lo visto, ninguna: el estado está, sencillamente, sometido a la mafia y al crimen organizado. Desolador.

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