Viene al caso por la festividad de San Valentín, en el que se produce un fenómeno ampliamente conocido: que el amor se convierte en negocio. ¿Tienes que comprarle alguna chorrada a tu pareja para decirle que la quieres? según los mensajes que recibimos por televisión, eso parece. ¡Ay señor, que cruz!
Este detalle tan mundano, viene a confirmar una sospecha que resume tres cuartos de lo que expresado en este blog durante más de dos años: que vivimos en un mundo de falsas apariencias, en el que la falsedad cotiza mucho más alta que la verdad o la justicia.
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