Cierzo: dícese del viento fuerte procedente del nordeste que azota el valle del Ebro en periodo invernal. Muchas veces acompañado de un frío "de cojones", como esta semana.
Es un viento molesto, pero muy necesario, porque se lleva toda la porquería de nuestra atmósfera. Cuando no hay viento, Zaragoza puede oler muy mal. Hemos alejado la papelera tres kilómetros más allá, pero seguimos teniendo una fábrica de cerveza en pleno centro de la ciudad. El humo de los coches y las calefacciones en una ciudad de 700000 habitantes la hace muy poco saludable. Menos mal que existe el cierzo, ¡bendito cierzo!
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