lunes, 23 de febrero de 2015

Sombra aquí, sombra allá (azótame, azótame)

El título es suficientemente sugerente como para explicar de qué estoy hablando, que no es de Mecano. El fenómeno del año ya está en las pantallas. No será una sorpresa el taquillazo, como sí lo fue el de "Ocho apellidos vascos" y, en menor medida, "La isla mínima" o "El niño". Sea por la recuperación económica de los ciudadanos (¿tan fuerte es para eso?) o por un mayor estrujamiento en los sesos de cineastas (lo más probable), en 2014 el producto nacional volvió a pisar fuerte en las salas, a pesar del IVA al 21 por ciento. Pero este año, a ver quien osa competir con las 50 sombras de la versión más romántica de an Patrick Bateman (el de American Psycho, por si no lo saben).

Seguramente para evitar que, en un país todavía algo puritano como EEUU, los relegen a una Sala X, los responsables de la cinta han suavizado las escenas. No he leido el libro (ni siquiera he visto la peli) pero por lo que cuentan debe ser casi como Los 120 días de Sodoma del marqués de Sade (Pasolini la llevó al cine sin censuras, si vomitan fácilmente no vean esta última) en cuanto a las formas, porque el fondo se acerca más a Orgullo y PrejuicioCrepúsculo o a cualquier dramón ultra-romántico. No en vano, se ha estrenado precisamente la víspera del 14 de febrero, ¿cuando si no? Así pues, tenemos el primer caso en el que una película de alto contenido erótico, en la que el marketing ha anunciado a bombo y platillo el tan esperado desnudo "perfecto" de ¡una mujer! (la hija de Melanie Griffin) revienta las salas con un 80% de mujeres heterosexuales entre el público. ¿Que será lo próximo, que todos los ejecutivos del Ibex quieran tener un Seat Panda? publicistas del mundo, que sepáis que eso es posible.

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