Para tener solo 35 años, la Constitución goza de una salud muy precaria. Tanto como la del actual Jefe de Estado, pero éste tiene ya 75. ¿De verdad se ha cumplido la Constitución? Porque, si ésta no se cumple, no sirve para nada.
Analicemos si algunos artículos se corresponden con la realidad
Artículo 117.1: La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley.
Realidad: En nombre del Rey, esto si que se cumple. ¿Lo demás? ¿independientes? Al Consejo General del Poder Judicial, encargado de amonestar, mover y sancionar a los jueces, lo nombran los partidos políticos. Ya lo dijo Alfonso Guerra, había que enterrar a Montesquieu. Pare eso se hizo la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1.985. El PP está encantado con esa ley, en seis años con mayoría absoluta no ha hecho nada por modificarla. Antes Gallardón la criticaba de boquilla, ahora dice que es una ley magnífica.
¿Sometidos únicamente a la ley? Y a la voluntad de otros poderes. Al juez que ose molestar a quien no debe, lo fulminan. Véase la infanta Cristina. ¿Porque se archivaban, de forma sistemática, todas las causas abiertas contra Carlos Fabra? Ahora han tenido que condenarle por vergüenza torera, porque no aguantaban más. Después de 16 años en los que le han blindado en una docena de ocasiones por causas de todo tipo, incluyendo algunas tan draconianas, que ni los medios progres han querido hablar de ello, pese a la seriedad de las denuncias.
Artículo 14: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
Realidad: aparte de la infanta (pese al último -y falso- discurso de su padre) y de don Carlos, no olvidemos otros casos. La reciente sentencia del Caso Faisán: imposible asumir la argumentación sin que, de forma táctica, se declare probado que el ministerio de Interior ordenó el chivatazo. Los agentes condenados, ¿y Rubalcaba? Ni se le ha imputado, ni se espera que lo esté. Otegi va a la cárcel como recluso porque antes fue a la puerta de la cárcel a saludar a etarras condenados. Felipe González, Guerra, Almunia, Bono, Rodríguez Ibarra, Rubalcaba... acudieron a la puerta de prisión a hacer lo mismo con los condenados por el GAL, Vera y Barrionuevo. Y más: en concursos públicos prima el amiguismo. En los mejores cargos de la administración, también. La meritocracia y las oposiciones son para cargos más irrelevantes. De hecho, en tiempo de crisis, lo que se suprime son las oposiciones, y no los nombramientos a dedo de amiguetes.
Artículo 6: os partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.
Esto si que es un chiste. ¿Democracia interna, de qué? El dedo de Fraga eligió a Aznar; el dedo de Aznar a Rajoy; el de Rajoy, a Soraya y Cospedal. El dedo de Cospedal es el que premia y castiga arbitrariamente a los militantes en este momento. A los críticos, a los que reclaman principios y honradez los marginan y señalan con el dedo. Hasta con Esperanza Aguirre se atreven a hacerlo. El PSOE presume de primarias y luego las amaña. El caso de Andalucía ha sido paradigmático. En UpyD, quien no le gusta a Rosa Díez lo lleva claro. Hasta en IU cuecen habas. Mucho trató Cayo Lara de presionar a Escobar para que apoyase al PSOE en Extremadura. Pero no parece importarle que Diego Valderas actúe de comparsa de la corrupción de los EREs en Andalucía. O que ese mismo Valderas suelte comentarios machistas de pésimo gusto y sin venir a cuento.
Ni siquiera se cumple, de hecho, el primer artículo de la Constitución. Al menos, los dos primeros apartados se han tomado a broma. Veamos:
Artículo 1
1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
3. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.
España no es un estado “social y democrático de derecho”. Lo de social y democrático, muy del gusto de Adolfo Suárez, hoy se considera poco menos que una reliquia del más rancio marxismo. Lo social no se lleva, es un concepto antediluviano. Ni siquiera es un estado de derecho. Los que mandan son inocentes AUNQUE se demuestre lo contrario. Porque si se demuestra, hay que negar la mayor y desacreditar como sea a la realidad misma. Véase Jaume Matas, Vera y Barrionuevo, Mario Conde... próximamente Chaves, Griñán, Iñaki, Cristina y Fabra.
En cuanto a la soberanía del pueblo español, en la Unión Europea actual ya no hay lugar para eso.
Eso si, lo de la monarquía parlamentaria sigue plenamente vigente. Parece que de la Constitución solo vale lo referente a la monarquía, y lo demás está de relleno.
Un juzgado de Mataró (Barcelona) ha condenado a
Bankia a devolver a una pareja de ancianos el dinero que invirtieron en
unas participaciones preferentes vendidas por Caixa Laietana, ahora
integrada en Bankia, ya que el hombre tiene Alzheimer.